Juanito tiene 12 años de edad, él vive en un pequeño pueblito juntamente con su mamá, ahora está en la Escuela; y cuando suena la campana anunciando la hora de recreo, él sale del salón juntamente con sus compañeros; pero tres de ellos se han propuesto fastidiarlo
— Oye, Juanito, ¿Es cierto que tu mamá es la más bonita de todas?
— Pues para mí sí lo es
— Debería concursar para reina de la primavera, ¿No crees? ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja!
— ¡No te burles de ella!, ¡bien sabes que eso no es posible!
— Entonces que concurse para reina de las feas ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja!
— ¡No me estén molestando!, ¡Déjenme en paz!
— Oye Juanito, ¿Ya sabes que hay hombres que marcan a las mujeres en la cara?
— ¡Con mi mamá no se metan!, ¡Les enseñaré a respetarla!
Lleno de ira Juanito se lanza sobre ellos derribándolos al suelo, pero luego ellos se levantan y lo golpean dejándolo tirado, sangrando, y adolorido
— ¡Montoneros!
— ¡Tú te lo buscaste!
— Aguas, que áhi viene el profe
Al llegar Juanito a su casa, su mamá lo ve
— ¡Juanito!, ¡hijo!, ¿Qué te pasó? ¿Por qué vienes así?
— Lo mismo de siempre, todos me dicen que soy hijo de una mujer cicatrizada, ya no lo soporto, me voy de aquí
— Pero Juanito, ¿A dónde piensas ir?
— A cualquier parte, lejos de aquí
— No te vayas, Juanito, esta es tu casa, y yo soy tu mamá, y te quiero mucho
— Ya lo decidí, me voy
— Está bien, pero antes déjame explicarte por qué tengo esta cicatriz en la cara
— No quiero oír mentiras, me voy
— Al menos déjame darte un beso en la frente
— No lo necesito, no tiene caso seguir fingiendo
— Está bien hijo mío, Dios te bendiga y te guarde; siempre te recordaré con cariño, y te estaré esperando; tal vez algún día decidas volver
— ¡Basta! ¡No quiero oír más! ¡Me voy!
Y dando la media vuelta se fue; su madre, llorando, lo vio partir sin voltear ni una sola vez, parecía obsesionado en olvidar su pasado, todo, aún a su propia madre
— (Adiós hijo mío, mi Juanito)
Juanito se fue caminando sin rumbo fijo, por el campo, por los montes, por los valles; mas después de mucho caminar, cuando ya el sol estaba cerca del ocaso, comenzó a sentir los efectos del hambre, de la sed, y de los golpes recibidos en la escuela; quiso seguir, pero al fin cayó rendido, quedándose dormido, y comenzó a soñar; era un sueño muy real; se vio a sí mismo cuando tenía como 4 años de edad; vio a su mamá, ¡qué hermosa era!; su papá amable y bondadoso, y su dulce hermanita como de 6 años; era una familia feliz
Luego aquel incendio fatal de la casa en la que estaban solos él y su hermanita llorando asustados porque no podían salir
— ¡PAPAAÁ!
— ¡MAMAAÁ!
De pronto vieron a sus padres entrar desesperados buscándolos dispuestos a rescatarlos; al verlos, su padre tomó a su hermanita y su madre a él
— ¡HIJITA!
— ¡JUANITO!
Entonces su papá le dijo a su mamá:
¡SAL TÚ PRIMERO CON EL NIÑO, RÁPIDO, YO SALDRÉ DETRÁS DE TI CON LA NIÑA, PRONTO!
— ¡SÍ, YA VOY!
Salió entonces su mamá llevándolo a él envuelto con su sweater, y atrás venía su papá con la niña, pero antes de salir ¡LA CASA DE DERRUMBÓ!
— ¡JUAN! ¡HIJAAA!
Solo se salvaron él y su mamá; ella también cayó, desmayada, presa de los terribles ardores de las quemaduras; su cara sangraba por una cortada que recibió al salir, y él lloraba angustiado:
— ¡MAMÁ, NO TE MUERAS!; MAMÁ, NO ME DEJES SOLITO!; ¡MAMITA, DESPIERTA!; ¡MAMÁ, MAMACITA¡
Mas no había respuesta para él
En ese momento Juanito despierta
— ¿Eh? ¿Qué pasa? ¡Oh! Estaba soñando; pero ahora lo recuerdo todo, así pasó cuando yo era niño, esa fue la causa de la cicatriz en su cara, Dios me lo reveló, fue por salvarme a mí y yo he sido un ingrato al abandonarla, iré con ella y le pediré perdón
Echó a correr en medio de la obscuridad, tropezaba y caía y se volvía a levantar, quería llegar cuanto antes al lado de su madre
Finalmente llegó y vio que todavía había luz en su casita, ¡SU MAMÁ LO ESTABA ESPERANDO!
— ¡MAMÁ YA VINE!, ¡MAMÁ YA ESTOY AQUÍ!
— ¡JUANITO, GRACIAS A DIOS QUE VINISTE! ¡Estaba orando para que él te hiciera venir!
Llenos de alegría se abrazan efusivamente
— Perdóname mamá, he recordado todo, te lastimaste la cara por salvarme; papá y mi hermanita murieron para que yo saliera primero; eres la mamá más linda de todas, te quiero mucho
— Entremos hijo mío; aquí hace frío; nunca más nos separaremos porque Dios está con nosotros; él ilumina nuestra vida aún en los momentos más obscuros, BENDITO SEA SU NOMBRE PARA SIEMPRE.