Dentro de las Escrituras, encontramos un mensaje divino en Deuteronomio 18:10-12 que nos advierte sobre ciertas prácticas que son inaceptables a los ojos de Dios. Se nos exhorta a no involucrarnos en la adivinación, la hechicería, el espiritismo o la consulta a los muertos. Estas advertencias nos recuerdan que los muertos no pueden responder a nuestras preguntas, como se nos dice en Eclesiastés 9:4, donde se enfatiza que “mejor es ser perro vivo que león muerto”.